Hace año me crei la reina del mambo y me propuse hacer mil cosas.
Siempre me pasa.
Cuando se van las monstruitos con los abuelos, y veo el porron de tiempo libre que me queda… mi mente se dispara y me digo que yo solita puedo mover el mundo.
Y este año… no ha sido una excepción. Dan buena fe de ello todos mis proyectos.
Como este blog, que se me olvido renovar la cuota de dominio y ha estado vagando en el limbo de internet.
Como todos mis proyectos de ganchillo y punto, que andan a medias, esperando que vuelva a ellos.
Como todos esos peluches, juguetes y ropa de bebe que meti en cajas, unas para vender, otras para donar… y ahí siguen ocupando espacio en la habitación.
Como todos esos viajes que he planeado y no hemos hecho.
Como ese cambio que quería en el trabajo y por unas cosas y otras, todo sigue igual.
Como todos esos momentos a dos que nos prometimos y que se han quedado en el tintero.
Pero este año será diferente… -o al menos eso quiero creer-
Este año, toca dejar de ser desastre y ponerse las pilas.
Primer punto de esa lista de objetivos que nunca hago:
- Poner orden. En mi. En mis ideas. En mis trastos.
El cambio de casa esta previsto para Enero 2018 y el tiempo vuela!