Un año difícil, eso es lo que digo para describir 2017.
Un año de muchas emociones.
Un año que me ha echo dudar.
Un año en el que he echado en falta una mano amiga, alguien que me escuche. Efecto secundario de tener a la familia y amigos mas cercanos a unos mil y pico de kilometros, y de que una esta mayor y creo que he perdido la habilidad de hacer amigos… o mejor dicho, persona en la que confío, nueva decepción.
Un año en el que los virus han sido nuestro peor enemigo en el camino, toda una invasion de virus en toda regla, perdí la cuenta de otitis, rinofaringitis, infecciones, problemas de alergia… etc… enfermedades comunes pero muy muy tocapelotillas-
Un año en el que los problemas de casa se han hecho muy presentes, vamos que me he pasado medio año liadilla con abogados -la constructora se paso un poco las normas y el bien faire por donde yo os digo-, y con el señor del frack -el proprio del alquiler debia una pasta y casi nos la lia parda!- porque parece que somos imanes de gente poquito de fiar…. un apaga y vámonos en toda regla!
Un año en el que los problemas han hecho mella… en el y en mi, en nosotros.
Un año de emociones.
Un año que me ha hecho dudar.
Un año que me ha enseñado sobretodo a quererme, a ser fuerte.
Un año que me ha gritado Quiérete nena!
2018, he pasado una tempestad, ahora llega la calma.